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In Others’ Words

Manrique Esquivel Villalobos

3 Jun 2015

Nada es Imposible

La vez que conocí personalmente a don Álvaro fue a finales de 2007 en una cena - entrevista de trabajo. Había muchos sentimientos encontrados en ese encuentro: desde nerviosismo hasta alegría de conocer a una persona que tanto ha hecho por la conservación en Costa Rica. En ese momento lo veía como una leyenda viva. Y para suerte mía, me dio la oportunidad de colaborar en su lucha en los siguientes 7 años.

Durante ese tiempo han habido muchas anécdotas, muchos momentos para recordar, muchos más para aprender. Pero de todos estos acontecimientos tan disímiles, si hubiera que entresacar algo en común es que siempre fue un “insastisfecho”, alguien que no daba las cosas por sentado, una persona para el que no existía un problema con su respectiva solución.

Fue así que aprendí siempre que ante la pregunta del “qué” debe ir ipso facto una respuesta al “cómo”. No se puede luchar por financiar y crear un Corcovado o un Santa Rosa, cuando todas las posibilidades socioeconómicas y políticas estaban en contra, si no es con esa inconformidad y casi apremiante espíritu que tenía don Álvaro. Y es muy lógico, en la luchas por la conservación todo siempre es una carrera contra el tiempo.

En enero del 2013 entendí un poco ese rasgo de su personalidad. Estábamos en Ángeles Norte, San Ramón reunidos con los ecológos Steven Apfelbaum y Alan Haney. Álvaro comentó que estaba leyendo un libro llamado la Física de lo Imposible del físico estadounidense de ascendencia japonesa Michio Kaku. Dicho autor relata cómo la física demuestra la posibilidad de aspectos casi sobrenaturales como ser invisibles, viajar en el tiempo, viajar entre los multi-universos, etc. Don Álvaro comentó su afinidad con la idea del libro, que no existe nada imposible, que si luchan por lo que quieren lo obtendrán. De todo lo dicho, lo que más resaltó fue la frase:

Así siempre nos enseñó papá...

Después de su fallecimiento, he soñado con él en un par de ocasiones. En uno de esos, don Álvaro se presenta en una actividad comunal en Zarcero y todos nosotros eramos conscientes de su muerte días atrás. Pero aún sabiendo ese detalle, interactuábamos con él con total normalidad, recibiendo el cariño de la gente (como siempre lo fue en vida) y muy contentos de que pudo acompañarnos a pesar de que ya había fallecido. Todo como una novela latinoamericana de realismo mágico. Lo imposible se torna posible. Desperté con una sonrisa en mis labios...

Ahora pienso si es que don Álvaro logró interpretar en las líneas del físico Michio Kaku el secreto para transcender el espacio-tiempo. Al menos de algo sí estoy seguro y es que él ya ha trascendido en nuestros corazones.

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Luis Villa, Evelyne Lennette, Alvaro, Randall Varela, Manrique Esquivel en Parque Nacional Santa Rosa (Mayo 2011)