image of Alvaro Ugalde climbing hill

In Others’ Words

Adela Ugalde

28 Mayo 2015

Queridos Amigos,

Como hermana de Álvaro, quisiera narrar anécdotas y aventuras lindas de mi amado hermano; muchas, tantas, que es imposible recordarlas ahora, así que haré una breve reflexión.

Somos cuatro hermanos y desde niños, nuestros padres nos enseñaron a amarnos y a respetarnos, así crecimos y disfrutamos mucho del compartir, sin embargo Álvaro se distinguió por su carácter siempre tan seguro tan sincero, que creo muchas veces le chocaba las chiquilladas y juegos inocentes de mis otros hermanos y yo, pero tan bueno, tan maduro, que nos comprendió y nos respetó y de la misma manera nosotros a él.

Pero sí deseo expresar mis sentimientos, ya que como muchos otros, reconozco su gran valor humano.

Yo muy orgullosa y más que eso muy enamorada de su actitud tan especial, un hombre que se desprendió de sus bienes materiales para dar a otros, se quitaba el bocado de su boca para alimentar a los necesitados y en algunos momentos de su vida, de salud complicada, se arriesgaba a internarse en los bosques, con la única razón de luchar, conservar y proteger la naturaleza, la flora y fauna, con toda su alma, tal y como nos la regaló nuestro Dios; tratando de cuidarla en todos sus ámbitos, hasta en la educación de nuestros hijos para que ellos también aprendan a preservar nuestro planeta y por supuesto siempre velando por los descendientes de ellos mismos.

Una de las cualidades que siempre admiré de Álvaro, era su manera de ser: muy seguro de sí mismo, seguro siempre de lo que decía y hacía. Además de su sinceridad y valentía para enfrentar cualquier tema de su buen saber.

Un ser humano digno de respeto, digno de imitar y muy digno de ser amado. Yo lo amo y a escasos tres meses de su partida, todavía no puedo asimilar su ausencia, paso muy a menudo por su casa, con la esperanza de verlo salir y al no mirarlo vuelvo a la realidad y comprendo que su misión en la tierra, por lo menos físicamente ya concluyó, pero su huella es tan grande que perdurará por siempre, como en mi corazón.

Gracias Alvarito por ser parte de mi vida, por ese amor tan lindo y puro que me regalaste y yo sé que Dios te ha premiado con darte una partida muy digna de ti.

Y gracias a ustedes amigos de Álvaro y amigos míos, por saber reconocer el gran valor humano de un ser tan especial, igualmente estarán por siempre en mi corazón.

Con cariño: Adela